El evangelio: las buenas nuevas de Jesús y su Importancia
El término "evangelio" tiene su raíz en el griego "euangelion", que significa "buenas nuevas" o "buen mensaje". Para nosotros los cristianos, el evangelio es el corazón mismo de nuestra fe, el mensaje central que proclama la redención y la reconciliación entre Dios y la humanidad a través de Jesucristo.
¿Qué es el evangelio?
El evangelio es la proclamación de las buenas nuevas de Jesucristo, el Hijo de Dios, quien vino al mundo para salvar a la humanidad del pecado y restaurar la comunión perdida con Dios. En el evangelio se revela el plan de Dios para la salvación, su amor incondicional por la humanidad y la esperanza de vida eterna en comunión con Él.
El apóstol Pablo resume el evangelio en 1 Corintios 15:3-4 (NVI): "Porque ante todo les transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, que fue sepultado, que resucitó al tercer día según las Escrituras".
Las buenas nuevas de Jesús
Las buenas nuevas de Jesús se centran en su vida, muerte y resurrección. Jesucristo, el Hijo de Dios, vino al mundo como un sacrificio perfecto para expiar nuestros pecados y restaurar nuestra relación rota con Dios.
En Juan 3:16 (NVI), Jesús mismo proclama: "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna".
La importancia del evangelio
El evangelio es de suma importancia para nosotros los cristianos, porque es la única esperanza de salvación para la humanidad. Sin el evangelio, estaríamos perdidos en nuestros pecados y separados de Dios para siempre. La muerte y resurrección de Jesucristo son la base de nuestra fe y la fuente de nuestra esperanza.
Romanos 1:16 (NVI) declara: "A la verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos primeramente, pero también de los que no son judíos. ".
La relevancia del evangelio en la vida cristiana
El evangelio no es solo el mensaje de salvación inicial para los no creyentes, sino que también es el fundamento de la vida cristiana. A medida que los creyentes crecen en su fe, continúan profundizando en el evangelio, comprendiendo cada vez más su significado y aplicándolo a sus vidas diarias.
En Romanos 12:1-2 (NVI), Pablo exhorta a los creyentes: "Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cómo es la voluntad de Dios: buena, agradable y perfecta.".
¿Deberíamos compartir las buenas nuevas?
Jesús enfatizó la importancia de compartir las buenas nuevas con toda la humanidad, no solo como un mandato, sino como un acto de amor y compasión hacia nuestros semejantes.
En Mateo 28:19-20, Jesús comisionó a sus seguidores diciendo: "Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes." Esta comisión no fue exclusiva para un grupo selecto de personas, sino para todos aquellos que creen en Él.
Compartir las buenas nuevas con toda la humanidad es crucial porque ofrece esperanza en medio de la desesperación, perdón en medio del pecado y vida eterna en medio de la muerte.
Es un acto de amor hacia nuestros semejantes, ya que les brinda la oportunidad de experimentar la gracia salvadora de Dios y la plenitud de vida que solo se encuentra en Jesucristo. Además, es un testimonio poderoso de nuestra propia fe y transformación en Cristo, mostrando al mundo el impacto que el evangelio ha tenido en nuestras vidas.
No compartimos el evangelio solo porque Jesús nos lo mandó, sino porque reconocemos su valor incomparable y su capacidad para transformar vidas. Es una responsabilidad y un privilegio que debemos abrazar con humildad y diligencia, buscando siempre la guía del Espíritu Santo en nuestras palabras y acciones.
En un mundo que a menudo se encuentra perdido y desorientado, el compartir las buenas nuevas de Jesucristo es una luz de esperanza que puede iluminar el camino hacia la verdad y la vida abundante en Dios.
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Conclusión
El evangelio es el mensaje central del cristianismo, que proclama la redención y la reconciliación entre Dios y la humanidad a través de Jesucristo. Es el poder de Dios para la salvación de todos los que creen y la base de nuestra fe y esperanza.
Como creyentes, debemos proclamar y vivir el evangelio en todas las áreas de nuestras vidas, mostrando al mundo el amor y la gracia de Dios manifestados en Jesucristo.
Recuerda siempre la promesa de Jesús en Mateo 28:19-20 (NVI): "Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo".
El evangelio es la luz que ilumina nuestro camino en este mundo oscuro, y es nuestro deber como creyentes compartir esta luz con los demás.